La Neuropsicología es una interdisciplina considerada dentro de las neurociencias.
Como su nombre lo indica, la Neuropsicología es una disciplina que en realidad es una interdisciplina. Esto es porque integra los conocimientos de las Neurociencias y las Ciencias del Comportamiento.
La Neuropsicología Infantil o del Desarrollo es una rama de la Neuropsicología, que se dedica al estudio de las relaciones entre el desarrollo del sistema nervioso del niño y su comportamiento.
El trabajo en neuropsicología está dirigido a niños, adolescentes y adultos que presentan dificultades en su comportamiento, impulsividad, hiperactividad, dificultades del aprendizaje, déficit atencional, o cualquier otra condición en la que se presuma que la causa no es exclusivamente emocional o ambiental.
Cuando pensamos en el compromiso del Sistema Nervioso en estas condiciones, en particular del Cerebro, no estamos presumiendo un daño o defecto de magnitud considerable. Más bien se trata, en la gran mayoría de los casos, de defectos más en el funcionamiento que en la arquitectura cerebral.
El trabajo desde la Neuropsicología Infantil es diferente al que se realiza en Neuropsicología de Adultos, por múltiples causas. La principal de ellas es que en el caso de niños estamos trabajando con pacientes cuyo cerebro se encuentra en pleno desarrollo, en un dinámico proceso de adquisición de habilidades. Además, el cerebro infantil tiene una capacidad muy activa que se denomina Plasticidad. Esta característica, que está presente en las personas a lo largo de toda la vida, tiene una particular dinámica en la infancia. La Plasticidad es la característica que permite generar modificaciones en las conexiones neuronales dentro de nuestro sistema nervioso, las que darán sustento a los cambios, a los aprendizajes.
¿A quiénes va dirigido el trabajo en Neuropsicología?
La población que se atiende son personas de diferentes edades con:
- Déficit Atencional.
- Dificultades de Aprendizaje.
- Dificultades en el control de los impulsos.
- Dificultades en la planificación.
- Pacientes tratados con fármacos que pueden afectar su desempeño cognitivo.
- Epilepsias, u otras condiciones neurológicas que alteren el normal funcionamiento neuropsicológico.
- Pacientes que serán sometidos a neurocirugía, en los que se requiere establecer el status prequirúrgico, a fin de establecer los criterios de recuperación.