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Comorbilidad en el TDAH: otras condiciones relacionadas

  • lunes, 18 de noviembre de 2019

Solamente en un 30% de los casos de niños con TDAH podemos observar un TDAH puro.
En el otro 70%, aparece acompañado por alguna otra condición, como puede ser la presencia aumentada de miedos, las dificultades en el aprendizaje o las alteraciones en el comportamiento y la no aceptación de límites.

A estas condiciones las llamamos de comorbilidad, lo que significa una co-existencia de dos situaciones (TDAH y otra condición) que complican la calidad de vida y el desempeño del niño, y su relación con padres, compañeros y el entorno en general. Si bien no forman parte específicamente del TDAH, están asociadas al mismo.

Dificultad en el aprendizaje
Las dificultades en el aprendizaje se pueden presentar como consecuencia del TDAH porque vemos que el niño no atiende, es impulsivo e inquieto. Sin embargo, dificultades en el aprendizaje que van más allá del TDAH, como lo es la dificultad de aprender a leer, que se conoce como dislexia.

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Trastorno oposicionista desafiante
Esta condición se caracteriza por una actitud del niño de no aceptar los límites, de transgredir las normas e ir en contra de lo que se le plantea, aún cuando sea para su propio beneficio. Esto dificulta su relacionamiento tanto con adultos como con sus pares.

Trastorno de ansiedad
Muchas veces, el trastorno de ansiedad se confunde con la dificultad en el control de espera. Sin embargo, no es lo mismo.

En general, los trastornos de ansiedad se asocian a inseguridades, miedos excesivos y a la inseguridad para enfrentar situaciones de la vida cotidiana y académica.

Esta serie de condiciones deben tener su tratamiento específico y paralelo al de TDAH, tratadas por los profesionales correspondientes.

Es importante destacar que el TDAH no define al niño, sino que es parte de él. Para una mejor atención de los pacientes, es fundamental el trabajo en conjunto de un equipo profesional e interdisciplinario.

Una atención integral de los profesionales debe tener en cuenta no solo las dificultades de los pacientes, sino también sus virtudes. Es fundamental tener una mirada integrativa y globalizante donde se aborden habilidades, defectos, problemas pero también virtudes, aspectos sanos, creativos e inteligentes de los chicos.