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Primer día de clases en los preescolares

  • sábado, 20 de febrero de 2016

El preescolar que inicia sus clases. ¿Cómo podemos ayudarlo?

El inicio de clases, sobre todo en los preescolares, es un momento que, naturalmente, genera ansiedad, temores e inseguridades. A niños y a adultos.

En este sentido, es fundamental comprender que, como toda actividad nueva, debe ser planificada y preparada con antelación.

Este evento es de particular importancia, pues el niño iniciará una de las etapas más intensas de su vida intelectual, afectiva, vincular, social. En la etapa preescolar el cerebro del niño se encuentra ante una de las ventanas de oportunidad más importantes, sino la más importante, para poder aprender lo que sentará las bases de su personalidad. Por ello, la relevancia de que el niño transcurra por esta etapa en un clima afectivo de seguridad y calma. Los factores estresantes aumentados, productos de un mal manejo de los adultos, generan un ambiente interno químico en el alumno que resulta poco saludable para su sistema nervioso.

En primer lugar, y nuevamente haciendo énfasis en el niño preescolar, resulta conveniente un acercamiento al local educativo en los días previos al inicio de clases. Y qué mejor que en esos días el niño conozca a quien será su maestra; quizás también pueda ver a alguno de sus futuros compañeros; se familiarice con el hábitat en el que transitarán varias horas de su día a lo largo del año. Y si tienen oportunidad de que el niño conozca a alguno de sus compañeros, puede ser una buena idea arreglar con sus padres para encontrarse en el parque o, inclusive, una visita en sus casas. Esto generará vínculos que el niño deseará encontrar en su Kinder, además de que siempre resulta positivo que los propios padres de los alumnos comiencen a generar vínculos entre ellos.

En segundo lugar, hablar en casa con entusiasmo y alegría sobre este inicio resulta ser de gran ayuda. Todos los sentimientos de alegría y tranquilidad que se le pueda trasmitir al niño colaborarán en una adecuada integración. Es de gran valor para el niño si escucha nuestras propias anécdotas sobre lo bien que la pasamos en el Kinder y todo lo que él podrá vivir de gratificante. Y si la propia historia preescolar de los padres no fue totalmente placentera, hacer énfasis en los episodios positivos y graciosos que, seguramente, hubo.

En tercer lugar, el momento difícil: la despedida en la puerta de entrada del Kinder. Recuerden que el niño vibrará emocionalmente en la misma sintonía en que los padres se encuentren en ese momento. De ahí lo importante que es que uno mismo esté en calma y con seguridad de que sucederán cosas positivas.

Muchos niños requieren de un periodo de adaptación, cuya extensión y características dependerá de cada uno y de las estrategias educativas de cada Centro. La ansiedad que los niños pequeños experimentan ante esta separación es, fundamentalmente, por el sentimiento de inseguridad de que, quizás, los padres no regresen! Este temor, que a los adultos nos resulta insólito, es un sentimiento frecuente en muchos niños pequeños. Por ello, muchas veces se requiere de separaciones paulatinas, breves, que al niño le vayan dando la seguridad de que el padre retornará por él.

Mucha suerte y ánimo, que comienza una etapa fundamental en la vida del niño!!