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Smartphones, tablets y obesidad

  • miércoles, 21 de diciembre de 2016

Los adolescentes pegados a su tableta, smartphone o computadora durante horas podrían ser más propensos a convertirse en obesos, según un estudio reciente.
Los que usaban los dispositivos con pantalla durante 5 o más horas al día tenían el doble de probabilidades de tomar más bebidas azucaradas y de hacer demasiada poca actividad física, encontraron los investigadores.
Como resultado, estos adolescentes mostraron un aumento del 43 por ciento en el riesgo de obesidad en comparación con los que no usan smartphones o tabletas en absoluto. Pero el estudio no demostró que el uso muy frecuente de estas tecnologías provocara el aumento de riesgo de obesidad.
«Los padres deberían tener cuidado con respecto a hasta qué punto sus hijos adolescentes usan estos dispositivos, especialmente si ven que su hijo pasa varias horas al día con ellos», dijo la autora principal del estudio, Erica Kenney. «Es algo que hay que vigilar y de lo que preocuparse, porque podría afectar a su salud».
No es infrecuente que los niños usen un dispositivo con pantalla durante esa cantidad de tiempo, encontraron Kenney, becaria de investigación en la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Boston, y la coautora del estudio.
Uno de cada cinco adolescentes estadounidenses pasan más de 5 horas al día con los smartphones, tabletas, computadoras y videojuegos, descubrieron los investigadores. En comparación con eso, solamente el 8 por ciento de los adolescentes ven más de 5 horas al día de televisión.
«Sabemos que los adolescentes están dejando de pasar tiempo delante del televisor para usarlo en otros dispositivos», comentó Kenney.
Estudios anteriores han vinculado el hecho de pasar demasiado tiempo viendo la televisión con un aumento del consumo de bebidas azucaradas, comida rápida, dulces y refrigerios salados, todos los cuales llevan a un riesgo más alto de obesidad, indicaron los autores del estudio.
Kenney decidió ver si este riesgo también aplicaba a los niños que dejaron la televisión por los dispositivos con pantalla.
El estudio contó con los datos extraídos de las encuestas de 2013 y 2015 del Sistema de Vigilancia de Conductas Riesgosas en Jóvenes, una encuesta regular realizada a los jóvenes por parte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Los investigadores revisaron las respuestas de casi 25,000 adolescentes de noveno a duodécimo curso.
Los resultados con respecto al exceso de televisión concordaron con los hallazgos anteriores, dijeron los investigadores. Los adolescentes que veían la televisión durante 5 o más horas al día tenían casi 3 veces más probabilidades de tomar bebidas azucaradas a diario y un 78 por ciento más de probabilidades de volverse obesos, en comparación con los niños que no veían la televisión.
Pero esos malos hábitos también parecieron estar presentes cuando los adolescentes usaban smartphones, tabletas o computadoras. Cinco o más horas delante de los dispositivos con pantalla cada día se asociaron con un riesgo el doble de alto de tomar bebidas azucaradas y hacer demasiado poco ejercicio al día, y con un aumento del riesgo de dormir mal de un 74 por ciento.
Los niños tienden a comer demasiado entre horas mientras usan dispositivos electrónicos, explicó Stephanie Schiff, dietista registrada en el Hospital Huntington de Northwell Health, en Huntington, Nueva York.
«Si los niños están jugando videojuegos en la computadora mientras comen, a veces no registran el momento en que ya no tienen hambre», dijo Schiff. «Comer puede convertirse en algo mecánico en lugar de consciente, y quizá no se den cuenta de que ya están llenos».
Además, un proceso más insidioso asociado con el uso de la pantalla podría estar influyendo en lo que se come, dijo Kenney.
«Mucha literatura sobre la televisión y la dieta, y sobre la televisión y el riesgo de obesidad realmente sugiere que el factor clave que motiva estas asociaciones es la exposición a los anuncios de comida no saludable, que los hijos piden a sus padres que compren en el supermercado», señaló. «En los últimos años hemos descubierto que mucho dinero que iba destinado al mercadeo de alimentos y bebidas ha pasado al mercadeo de los medios sociales y los videojuegos y cosas así».
Estos dispositivos electrónicos también comparten la capacidad de la televisión de mantener pegados a los niños y adolescentes al sofá, dijo Schiff.
«Hace años, los niños jugaban en el patio en el receso o llegaban a casa después de la escuela y jugaban en sus patios o en las aceras», señaló Schiff. «Ese juego ha sido reemplazado hasta cierto punto por los videojuegos, Facebook, YouTube y los mensajes de texto».
«No es una sorpresa que la obesidad en la infancia esté en aumento, dado que hasta cierto punto los juegos virtuales han reemplazado al juego y a la interacción en tiempo real, y la actividad física se ha visto relegada a los dedos de la mano», continuó.
Kenny recomendó obtener consejos sobre las maneras de limitar el tiempo delante de la pantalla si su hijo usa el smartphone o la tableta durante más de un par de horas al día.
«Si están de forma regular con estos dispositivos durante periodos largos, quizá quiera hablar con su pediatra sobre las estrategias a seguir para reducirlos un poco», aconsejó.
El nuevo estudio aparece en la edición en línea del 14 de diciembre de la revista The Journal of Pediatrics.

Fuente: http://www.intramed.net/
Referencia: Erica Kenney, Sc.D., M.P.H., research fellow, Harvard T.H. Chan School of Public Health, Boston; Stephanie Schiff, R.D.N., registered dietitian, Northwell Health’s Huntington Hospital, Huntington, N.Y.; Dec. 14, 2016, Journal of Pediatrics