Cuando un adulto dice que fue diagnosticado con TDAH no siempre encuentra una respuesta comprensiva. Muchas veces obtiene una respuesta cuestionadora. «No puede ser, el TDAH sólo le pasa a los niños», «No tienes TDAH; sólo eres un poco vago y despistado. Ponle ganas!» «TDAH? no, es un timo. Tu padre era igual a ti y fíjate hasta dónde llegó»
Estas afirmaciones parten de mitos, o sea, explicaciones falsas de una realidad innegable.
El 5% de los adultos tienen TDAH, con diferentes presentaciones y con distintos niveles de gravedad. Es una realidad, nos guste o no.
Lo que corresponde es hacernos cargo de esta realidad y actuar en consecuencia, a fin de proveerles a las personas con TDAH las oportunidades para un mejor desarrollo. Esto mejorará su desempeño laboral, académico y social.
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